El desarrollo del turismo de salud

Con motivo del Día Mundial de la Salud, el pasado 7 de abril, he resumido en este artículo algunos aspectos de la integración de conceptos de salud en el turismo. Durante el Congreso de Turismo y Diversificación Económica celebrado en Las Palmas el pasado 28 y 29 de marzo se identificó al turismo de salud como uno de los recursos a explotar con más futuro en las Islas Canarias. En su exposición el director de operaciones del Grupo San Roque mostró en relación a la demanda de servicios médicos durante la estancia vacacional que “sólo el 10% de los turistas atendidos habían previsto tratarse en las islas, aprovechando sus vacaciones, y requieren sobre todo tratamientos estéticos. El 90% de los extranjeros recibe asistencia no planificada.” Comentó que “España es el primer destino en afluencia de turistas, pero baja al sexto puesto como destino de salud”. Desde el 2004 la Asociación Gran Canaria Spa, Wellness & Health comercializa en internet la oferta de salud de la isla, que se deja dividir en dos componentes: la oferta de bienestar (wellness) con 15 hoteles asociados y la oferta médica con 2 centros clínicos asociados (entre ellos, el Grupo San Roque) y una amplia oferta en tratamientos médicos (oftalmología, medicina dental, tratamientos estéticos,…).

El turismo de salud es una tipología turística (como el sol&playa, turismo de congresos,..), la cual se puede segmentar en varias vertientes: wellness (beauty/cosmética, termal/sauna, SPA, fitness,..), turismo teraupéutico-preventivo (Ayurveda, anti-stress, nutrición,..), turismo de cura y rehabilitación (medicina deportiva, geriatría,..), etc. Se puede dividir en dos segmentos más amplios: el cliente sano que quiere permanecer sano (prevención) y el cliente que acusa una enfermedad y que quiere curarla o aliviarla (tratamiento). Podríamos decir que la oferta grancanaria de salud abarca principalmente dos extremos del turismo de salud: por un lado, una amplia oferta de bienestar (SPA,..) y, por otro lado, una creciente oferta de tratamientos puramente médicos (en gran parte con cirugía invasiva).

En este contexto, ¿cuáles son las principales diferencias entre un SPA y un tratamiento médico en una clínica? La clínica vende el tratamiento en sí, la experiencia es secundaria pues prima el resultado con clara orientación tecnológica y de recuperación física, mientras que el SPA vende la experiencia, el tratamiento es parte de la experiencia (un buen SPA vende recuerdos!) con clara orientación a la persona y la recuperación mental y espriritual.

En un comparativo de la oferta internacional de turismo de salud encontramos otra concepción, que se sitúa entre el SPA y el tratamiento médico: el medical-SPA (“integrated wellness”), el cual integra la salud con concepciones de belleza y wellness de manera preventiva, predictiva, participativa y personalizada (“P4-medicine”). De las diversas orientaciones que puede tener un medi-SPA se destacan tres categorías:
1) Orientación a la estética (principal categoría en EEUU): en el 2008 las principales intervenciones de tipo invasivo en EEUU fueron aumento de pechos, blefaroplastia (párpados) y rinoplastia (nariz), mientras que las no-invasivas fueron las inyecciones de botox, depilación láser y tratamientos con ácido hialurónico.
2) Orientación al wellness (principal categoría en Asia): este tipo de medi-SPA se presenta de muchas maneras, suele incluir tratamientos alternativos, como medicina china, acupuntura, asesoramiento de suplementos nutricionales alternativos,…
3) Orientación a la salud (principal categoría en Europa): este tipo de medi-SPA provee facilidades médicas empleando terapias convencionales y complementarias en un entorno especialmente diseñado; se incluyen servicios como la evaluación clínica (chequeos) y tratamientos, educación nutricional, facilidades de SPA, coaching espiritual,…

En el marco del ITB Wellness-Forum de la Feria de Turismo de Berlín 2010 el gerente de un Hotel-Medical-Wellness del Sur de Alemania describía los motivos del viaje de sus 4 principales segmentos de clientes (por orden de importancia) de la siguiente manera:
1) Cliente sano, que quiere hacer preventivamente algo por su salud. Su objetivo es mantener su estado de salud. Representa la mayor parte de su clientela.
2) Cliente con enfermedad diagnosticada y tratada sin éxito y que busca consejo especializado (derivado del fracaso del sistema sanitario público en muchos países).
3) Cliente que busca un cambio, un nuevo estilo de vida. En esta área entra también la educación nutricional.
4) Cliente que viene a hacerse un chequeo total de salud. Es el cliente con la estancia media más corta (2-3 días).

Michael Loh, Presidente de la Medical SPA Association Asia Pacific, insistía en su ponencia en el marco del ITB Wellness-Forum 2011 en la importancia de la nutrición en los medi-Spa (de hecho, la nutrición fue la temática principal del congreso 2011). Ya el término “Cocina SPA” es un término arraigado y la percepción que se tenía de la alimentación saludable de “sin sabor, aburrida, sin grasa, sin sal, sin calorías, porciones pequeñas” ha ido cambiando a la percepción: “con ingredientes naturales y de calidad, con color, nutritivo, con sabor, con creatividad”. Ya en la segunda década de los 2000 prevalece el convencimiento de que dietas concretas a corto plazo no aportan nada, más bien se debe entender el concepto “dieta” como una forma de vida. De ahí que muchos Medi-Spas no sólo ofrecen una alimentación saludable, sino también un programa de educación nutricional, a través del cual muchos clientes esperan obtener un nuevo modo de vida. En muchos casos el contacto entre cliente y terapeuta prevalece después de la estancia vacacional.

En conclusión, se han señalado algunas áreas de desarrollo de conceptos de salud, especialmente en su vertiente preventiva, que es como principalmente se entiende en Alemania el turismo de salud. De integrarse este tipo de servicios en productos de salud grancanarios, se podría obtener un alto poder de diferenciación en el mercado internacional por la combinación con el factor clima. Y precisamente en la combinación del clima como complemento diferenciador con una tipología turística emergente (en este caso el turismo de salud, que haría de motivo primario) es donde aún queda bastante margen para desarrollar interesantes productos turísticos.


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