RTL cuestiona la seguridad de los bañistas en la Playa del Inglés (1)

Cuando aún no hemos olvidado el controvertido reportaje sobre Gran Canaria de “Arena-Mix” (Antena 3, agosto 2009), aparece de nuevo un programa de TV arremetiendo de lleno contra la imagen turística de Gran Canaria, esta vez el programa “Wir retten Ihren Urlaub!” (“Nosotros salvamos sus vacaciones”) del canal alemán RTL, emitido el pasado miércoles, 10 de agosto, a las 20.15 (hora de máxima audiencia en Alemania). El reportaje fue grabado el día 18 de Abril 2011 en Gran Canaria, justo el día en que tres jóvenes perdieron la vida por ahogamiento en la intersección de las playas de Puerto Rico y Amadores. El programa de la TV alemana analiza la seguridad de los bañistas en la Playa del Inglés y comienza afirmando que “por las corrientes peligrosas casi cada semana hay casos de muertes por ahogamiento en las playas”, calificándolo de “situación dramática” con el titular: “14 ahogados en las costas de Gran Canaria en lo que va de año, todo ello por falta de seguridad en las playas”.

El reportero Ralf Benkö comenta que en la Playa del Inglés hay sólo dos torres de vigilancia, una al principio de  la playa (a la altura del actual chiringuito-chabola nr.3) y la otra casi en la punta de Maspalomas (a la altura del actual chiringuito-chabola nr.8), ambas separadas por una distancia de un kilómetro. Afirma que es una distancia muy larga y que la normativa exige 100 metros de separación entre una torre y otra. Para reforzar la afirmación deja opinar a un turista alemán que pasaba por allí: “En Alemania se cerraría la playa por falta de personal de seguridad”. Sin embargo, no se especifica qué normativa exige un puesto de vigilancia cada 100 metros, según la cual en la Playa del Inglés, desde el inicio hasta la punta, supondría poner más de 20 torres de vigilancia. Desde luego no se trata de la normativa española, pues la playa no habría obtenido y mantenido la bandera azul. Uno de los requisitos para obtener la bandera azul es “la existencia de servicios de vigilancia, salvamento, socorrismo y primeros auxilios”, pero la normativa no especifica ratios como cuántos socorristas por usuario o cuántas torres por tramos de metros de playa.

Sea como fuere, el programa, con el fin de probar la eficiencia de nuestros servicios de salvamento, se había traído a un buzo experto, que es capaz de aguantar más de 5 minutos la respiración debajo del agua, con el objetivo de que hiciera de “cebo humano”. Se definió como tiempo máximo de rescate dos minutos, a partir del cual todo salvamento para una persona podría llegar tarde. Hicieron tres pruebas:

1ª prueba: Fue efectuada en el punto intermedio de la playa entre las dos torres de vigilancia (a unos 500 metros de cada una de las torres). El buzo profesional, con camiseta blanca (claramente visible), simuló estar flotando sin conocimiento en el mar sin que nadie se percibiese de su presencia. Pasados 4 minutos interrumpieron la prueba, pues nadie lo había visto.

2ª prueba: Se efectuó a unos 100 metros hacia la derecha de la 1ª torre de vigilancia. Una vez más, el “cebo humano” no fue visto hasta pasados 2:50 minutos por un turista que entró en el mar y nadó hacia él.  De nuevo habría sido muy tarde para salvarlo. El reportero quiere consultar la versión del socorrista de la torre de vigilancia sobre el suceso, pero se encuentra la torre vacía (según el programa, durante 20 minutos). Su comentario (literal): “Seguridad simulada, de dos torres una sin ocupar, un escándalo”.

3ª prueba: Se efectuó justo delante de la 1ª torre de vigilancia. Esta vez sí funcionó el protocolo de emergencia: la socorrista de la torre vio con los prismáticos al supuesto accidentado, comunicó por walkie la emergencia y corrió al mar para nadar hacia la víctima. En el momento en que llegó al buzo ya se aproximaba la zodiac de la cruz roja, así como el coche de emergencia. En menos de 2 minutos la víctima habría estado fuera del agua, rescatada por dos socorristas (uno de la torre, otro de la zodiac) y en la misma playa estaba la ambulancia con el equipo de reanimación preparado. El mismo Ralf Benkö reconocía que el dispositivo habría funcionado a la perfección, pero “sólo porque hicimos la prueba justo delante de la torre”, reiterando que el número de vigilantes en la playa le parecía poco.

Después de esta última prueba el reportero se dirige con una cámara oculta a la socorrista que ocupaba la torre para preguntarle sobre si le parecía bien la cantidad de vigilantes, a lo que ésta responde (literalmente): “the ayuntamiento is not money …and this beach have a problem”. El reportero (visiblemente eufórico por haber recibido una repuesta que encaja a la perfección en su programa) se dirige a continuación con su equipo de cámaras de TV al ayuntamiento en San Fernando para entrevistar a la alcaldesa (recordemos que fue grabado en abril), pero recibe evasivas. Después de varios insistentes intentos abandona, “nadie quiere hablar con nosotros”, concluye.  Sin embargo, unos meses más tarde, después de las elecciones municipales, su programa recibe una carta del nuevo equipo del ayuntamiento de San Bartolomé comentando que se está tomando muy en serio la seguridad de los bañistas y que ya se cuentan con nuevos medios como: un nuevo jetski con socorrista, una nueva zodiac de 9 metros con capacidad de 18 personas, una tabla de señalización de los riesgos en la punta de Maspalomas y dos nuevos socorristas. La carta finaliza con una invitación para comprobar el estado de la seguridad de las playas cuando quiera, a lo que el Sr. Benkö advierte: “Pronto volveremos!

El reportaje abre algunas cuestiones dignas de ser comentadas, como son los límites de la prensa sensacionalista y, sobre todo, el estado de la seguridad para los bañistas en la Playa del Inglés. Estas cuestiones son tratadas en la segunda parte del artículo.

 

 


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