Transporte aéreo: No entiendo, luego intervengo

Toda intervención en los mecanismos de competencia de mercado tiene sus consecuencias, las cuales se deben valorar muy bien antes de intervenir. La intervención en las condiciones de las tasas aéreas, favoreciendo a las líneas aéreas que aumentan pasajeros y abran nuevas rutas, ha puesto en clara desventaja competitiva a las aerolíneas tradicionales que ya operaban desde hace varios años con un alto número de viajeros. Ya no sólo estamos ante el problema de un trasvase de algunos pasajeros de una aerolínea a otro competidor con mejor precio, sino ante la posible retirada de parte de las capacidades o cierre de rutas completas por parte de las aerolíneas desfavorecidas.

En este sentido se han expresado, entre otros, las compañías Spanair, Aireuropa y Vueling, las cuales han anunciado su progesiva retirada de Tenerife Sur. Javier Ortega (Spanair) explicó que “la compañía se va a retirar poco a poco de la mayoría de los aeropuertos para especializarse en rutas internacionales, con sede en Barcelona, ya que reducen slots de cara al verano por la entrada de las low cost y sus precios bajos”. Carma Castellnou (Vueling) mostró su interés con Canarias y Andalucía aunque confesó “que no podemos competir en precio con Ryanair por lo que han decidido cancelar sus enlaces con Valencia y Madrid cuando empiece a operar la citada compañía”. Por su parte, Richard Clark (Air Europa) explicó los recortes experimentados en los vuelos a Tenerife  -un 17 por ciento en el aeropuerto del Norte y un 30 por ciento en el del sur-  debido “al inicio de una política de alianzas con otras empresas del sector para pasar a convertirse en empresa aérea de líneas regulares ya que los paquetes turísticos desaparecen de manera progresiva” (EuropaPress, 20.01.11).

Mejor no imaginar lo que pasaría si también las líneas tradicionales internacionales empezaran a reducir sus capacidades. Vemos que el hilo que separa al titular “un millón más” de un “algunos millones menos” es muy frágil. ¿Estamos ante otra intervención de la que se derivan los efectos exactamente contrarios a los deseados? Es un asunto muy serio, pues el daño producido puede ser irreparable para nuestros destinos turísticos canarios.

Recordemos que de la mayor intervención administrativa habida en la historia de Canarias, la Ley de Directrices del 2003 (posteriormente ratificada en Mayo del 2009 con un texto idéntico en cuanto a sus efectos) se derivaron exactamente los efectos contrarios a los deseados: en vez del deseado “ni una cama más” manteniendo la competitividad de la oferta alojativa, se obtuvo en Gran Canaria un “muchas camas menos” con grave perjuicio del poder competitivo; en vez del “crecimiento-cero” se obtuvo el decrecimiento económico; en vez de creación de empleo se obtuvo (después de la explosión económica inicial no deseada) la mayor tasa de desempleo nunca habida en Canarias; en vez de la contención del aumento poblacional se obtuvo el mayor crecimiento de población jamás habido en Canarias derivado de la inicial explosión económica, con un aumento de 402.243 habitantes entre 2000-2010 (datos comparativos: +126.873 entre 1990-2000; +221.757 entre 1980-1990; + 197.422 entre 1970-1980). 

¿Los planificadores realmente entienden las consecuencias que pueden conllevar intervenciones de estas magnitudes? El periodista y Director de 7.7Radio Francisco Chavanell en su artículo “Los planificadores” (Canarias 7, 14.03.10) decía lo siguiente: “Es lo que hay: son humanos, impulsivos, y aunque pertenezcan a las mismas siglas, y utilicen distintos recetarios, casi siempre se equivocan. Si por el contrario, en vez de frenar todo tipo de crecimiento, hubieran impulsado un turismo de calidad fulminando al mismo tiempo la planta obsoleta, con la cantidad de dinero que había en el mercado y con la cantidad de inversores dispuestos a apostar por Canarias, hoy nuestros sufrimientos serían de segundo orden. Mandan, nos dirigen, pero también para ellos entender el mundo es demasiado confuso. De hecho, no lo entienden”.

Y como no entiendo, intervengo y regulo todo lo intervenible y regulable. Menos mal que el clima, nuestro mayor potencial competitivo, es lo único que no se puede intervenir ni regular.


3 Responses to “Transporte aéreo: No entiendo, luego intervengo”

  1. Magnífica conclusión final.

  2. Felicidades Antonio, muy bueno.

  3. simple y llanamente impecable, exelente exposicion del tema siga asi

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