Turismo, empleo y población

A veces son más deseables unas declaraciones objetivas, claras y reales, por muy crudas que sean, que constantes titulares de optimismo ajeno a la realidad y marcado por tintes electoralistas. En este sentido las declaraciones del Presidente del Patronato de Turismo de Gran Canaria del pasado 31 de diciembre nos muestran la realidad con relación al empleo en el sector turístico: “El turismo en 2010 y 2011 ha evitado y evitará que la economía de Canarias vaya a peor. Ha sido el gran colchón, pero sólo este sector no va a poder absorber a 260.000 parados.. El turismo sí va a seguir generando empleo, pero no va a ser el salvador de la economía”, una visión que consideró ”realista, pero no pesimista.
Para poder valorar la actual situación de desempleo en Canarias hace falta ver cómo se llegó a ella, analizando la evolución del empleo y la población durante la primera década de los 2000, así como la importancia del sector turístico para la economía canaria. Estos dos aspectos se exponen a continuación:

(1) Evolución de empleo y población durante la primera década de los 2000

En esta década la evolución del empleo, y de toda la economía canaria, está claramente sujeta a las consecuencias de la Ley de Directrices del 2003 (“1ª moratoria”) y se pueden diferenciar tres fases con repercusiones muy diferentes:

Fase 1: Aumento de la actividad económica (2001–mediados del 2007): En esta primera fase la Ley de Directrices provoca directamente una explosión de la actividad económica. A pesar de aprobarse esta primera moratoria en el 2003, la intención de suspender nuevas ejecuciones de proyectos turísticos ya era conocida antes del primer decreto de moratoria de enero 2001, lo cual supuso que un gran número de empresarios con licencias de construcción en vigor comenzaron con la construcción de sus proyectos aprobados. En este periodo, con relación al empleo, se saldan dos efectos contrarios: los efectos creadores de empleo (construcción y apertura de proyectos hoteleros, creación de puestos de trabajo indirectos vinculados, …) y los efectos destructores de empleo (expulsión progresiva del mercado de camas extrahoteleras, retroceso gradual desde el año 2000 de la afluencia de visitantes por la pérdida progresiva de competitividad turística,…), saldándose a favor del efecto creador de puestos de trabajo, por lo que el efecto total resultante sobre el empleo en Canarias en esta primera fase (2001-2007) es de crecimiento. En este periodo hasta el 2006 observamos un aumento gradual de la población activa (=población ocupada + parada) de Canarias de aprox. un 5% anual, llegando a superar en el 3º trimestre 2006 por primera vez el millón de personas activas. De la misma manera aumenta la población total de las Islas en torno al 2,8% anual en esta fase, registrando el mayor aumento en el 2001 (+3,79%). En un desglose de los ocupados por sectores para Canarias observamos que en esta primera fase hasta el 1º trimestre del 2007 aumentan progresivamente los ocupados en la construcción en un 72%. En el sector servicios se observa en el mismo periodo un incremento de ocupados anual del 4-8% (=43% de crecimiento en el periodo completo), logrando su punto máximo de la década en el 3º trimestre del 2007 con 696.590 ocupados en servicios.

Fase 2: Aumento del paro (a partir de mediados del 2007): La moratoria incide de forma directa en el paro del sector de la construcción a partir del 1º trimestre 2007, al irse agotando las ejecuciones de las licencias hoteleras aprobadas con anterioridad a la ley. Entre el 3º trimestre 2007-08 los ocupados de este sector bajan en un 20,8%, y posteriormente del 3º trimestre 2008-09 bajan otro 25%. De la cifra máxima de ocupados en 2007 (144.470 trabajadores) el sector reduce progresivamente sus ocupados a 69.420 en el 3º trimestre del 2010. Al ser gran parte de los trabajadores de la construcción una “población flotante” que viaja según el trabajo, muchos de ellos desaparecen del censo de parados de la comunidad, por lo que el impacto inicial del desempleo no se refleja aún en cifras de paro en el 2007. En el sector de servicios se alcanza el máximo de ocupados en el último trimestre del 2007, fecha a partir de la cual pierde un 3-4% de ocupados anuales.  Recordemos que la expulsión de camas extrahoteleras del mercado aumenta exponencialmente en los años 2008 y 2009. A partir de finales del 2008 se solapan a estos efectos de la moratoria los efectos de la crisis económica internacional, que se hace notable en el 2009 con reducción del 12,51% de visitantes al destino de Gran Canaria. En esta segunda fase los efectos destructores de empleo (expulsión de camas extrahoteleras; retroceso de visitantes por la pérdida progresiva de competitividad; bajada de visitantes en el 2009 por causa de la crisis económica internacional; pérdida masiva de trabajo en la construcción) predominan claramente sobre los efectos creadores de empleo (ejecución de las pocas licencias turísticas restantes, apertura de algunos establecimientos hoteleros,…). A la pérdida de más del 20% anual de ocupados en el sector de la construcción y de un 3-4% anual de ocupados en el sector servicios a partir del 2007, se le suma el hecho de que la población activa total (= la suma entre ocupados y parados) continúa su incremento progresivo, es decir, se siguen incorporando más trabajadores al mercado laboral de los que salen de él, hasta el último trimestre del 2009.

Fase 3: Descenso de la población activa (a partir del 2010): A partir del 1º trimestre del 2010 la población activa de Canarias inicia un ligero retroceso, lo cual se puede atribuir a un aumento de la emigración. La población ocupada en el 2010 baja a 772.000 ocupados en el 3º trimestre 2010, aumentando el paro a más de 300.000 personas en Canarias. En el inicio de esta tercera fase los efectos destructores de empleo (pérdida de empleo en la construcción, expulsión de camas extrahoteleras, pérdida de competitividad turística,..) predominan ligeramente sobre el efecto creador de trabajo (aumento de la actividad turística), notándose en los dos últimos trimestres del 2010 más bien un predominio de la creación de empleo, a través del aumento de la actividad turística debida a la recuperación económica de los principales países emisores de turismo. Nótese que la creación de puestos de trabajo se limita únicamente a la actividad derivada del aumento de llegadas de visitantes.

No deja de ser llamativo que Canarias precisamente durante su fase de madurez turística, que se caracteriza por una progresiva pérdida de visitantes (a partir del 2000 en el caso de Gran Canaria), aumente espectacularmente su actividad económica y su población total (2000-2010: +23,44% de habitantes) mucho más que en las tres décadas anteriores que se corresponden con la fase de crecimiento turístico (1990-2000: +7,98%; 1980-1990: +16,21%; 1970-1980: +16,87%), ambos efectos justo lo contrario de lo planificado en la Ley de Directrices, al igual que tampoco fue planificada otra consecuencia de la misma, la creación de las astronómicas cifras actuales de desempleo.

(2) Importancia del sector turístico para la economía canaria

El estudio IMPACTUR Canarias 2009 “sitúa la participación del turismo en la economía en el 27,5%, en un momento especialmente complejo dado el desplome generalizado del sector de la construcción. Del total del impacto económico del turismo, los efectos directos representaron en 2009 el 20,2% del PIB regional, mientras que los efectos inducidos representaron el 7,3% del PIB canario, en actividades agrícolas, proveedores de alimentos,… El estudio, por tanto, cifra la incidencia del sector turístico (directa e indirecta) en el PIB en un 27,5%. Es decir, dentro del sector servicios, que aporta en su conjunto aproximadamente el 80% al PIB canario, un 20,2% proviene directamente del turismo, habiendo un 7,3% del PIB inducido indirectamente por el turismo en todos los sectores (industria, agricultura y servicios), generando en su conjunto un 30,2% del total del empleo. La clasificación de la incidencia indirecta del turismo sobre el PIB y el empleo, sin embargo, también tiene otra interpretación posible: la clasificación entre actividades económicas “motor” y actividades “derivadas”, las cuales no existirían sin las actividades “motor”. Entre las actividades “derivadas” figurarían todas las actividades, principalmente del sector servicios, que se derivan del volumen poblacional, es decir, que fundamentan su función en suministrar servicios a la población en sí  (sanidad, administración, educación, transportes, ocio no turístico,…). Si aplicamos esta interpretación a Canarias llegaríamos a la conclusión de que la única actividad “motor” relevante en la actualidad es el turismo (la industria y agricultura tienen poca incidencia y además vinculadas al turismo y con apenas exportación, la construcción está enfriada). Sin el turismo y los empleos directos e indirectos vinculados a él no habría población a la que dar servicios y, por tanto, tampoco existirían los empleos de las actividades “derivadas”. Por ello, entendemos que la incidencia del turismo en el PIB no sólo debe ser vista desde sus efectos directos e indirectos, sino desde sus efectos globales como suma de “actividad motor” y “actividad derivada”, según lo cual cuantificaríamos la aportación del turismo al PIB canario en más del 80%. Visto de otra manera, una actividad que ocupa menos del 3% del suelo de la isla (en el caso de Gran Canaria) le da empleo directo, indirecto y “derivado” a más del 80% de la isla.

En conclusión, hemos podido ver que en la actualidad la creación de empleo se limita únicamente a una mayor actividad del sector turístico sobre capacidades ya existentes. Sin embargo, tal como afirmaba el Presidente del Patronato, el sector turístico difícilmente puede llegar a cubrir las necesidades de una población activa de 1,1 millones de activos, pues la actividad del sector de la construcción sigue retrayéndose. Aunque se superara el número de ocupados máximo que se obtuvo en el sector servicios en el 2007 (700.000 ocupados), con sus consiguientes efectos positivos indirectos sobre el sector industrial, no se lograría bajar de una tasa de paro del 22%, si el sector de la construcción se sigue apagando y la población activa se mantiene constante. Hay dos maneras teóricas de reducir la tasa de desempleo: reduciendo la población activa y/o aumentando la población ocupada (instaurando situaciones propicias para la creación de empleo). Ha llegado el momento de plantearse la sustitución de la moratoria por un modelo de exigencias cualitativas que permita una reactivación de la segunda actividad económica “motor”, la construcción, y con ello del binomio turismo-construcción.

 Nota: Este artículo es un extracto del ensayo “Condicionantes de la competitividad turística grancanaria” que se publicará los primeros días de febrero.


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